Si
ha de partir, ya sabes lo que dice
al
respecto
un
capitán a poco de grumete
venido
a menos.
Si
ha de partir, no dudes, dile “¡vete,
sal
de mis senos!”,
no
temas que el miedo lo paralice.
Haz
lo correcto,
deja
que el tiempo pase, se deslice
y
surta efecto
su
don: el tiempo a todos nos somete
con
fueros plenos.
La
vida seguirá con su sainete
de
actores buenos
-ni
caso si un mal verso te maldice;
nadie
es perfecto-.
Y
a bordo de su barco, enloquecido,
sin
aparejos,
sin
temor a surcar el mar remoto
de
los futuros
en
tanto inventa orillas con tu nombre
por
mil razones
navegará
este marinero herido
rumbo
a lo lejos;
que
herido no es un marinero roto
por
vientos duros;
que
herido un marinero es más que un hombre
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