jueves, 27 de junio de 2019

arenizaje (juanmanual de supervivencia - XXX)


arenizaje

abrí
los ojos… creí
dar crédito a la vi-
da… y
venci-
do volví
a cerrarlos…

sobre mi
nuca y
sobre mi
cuello caí-
a el peso esférico del sol del dí-
a al orto… y
sobre mis
espaldas todo un universo de existencia unánime parecí-
a querer aplastar con su presión todo mi
leve ánimo y
mi
voluntad de supervivencia y
a duras penas me dejaba respirar con la hondura que preci-
sa un náufrago recién arenizado en la ori-
lla del fir-
me li-
toral…

abrí
los ojos… vi
la mano de mi
brazo izquierdo… y
venci-
do volví
a cerrarlos…

sentí
mis
brazos atados a la arena con maromas de agotamiento… mis
extremidades nada nadaban… temí
por mis
brazos abrazados al aparente abandono… al olvi-
do… al princi-
pio de un posi-
ble fin…
nunca en ninguna otra ocasión antes mis
remos tan en-
callados silenciaron tan-
tas ganas de vivir…

abrí
los ojos… moví
los dedos de mi
mano izquierda… y
creí
creer… venci-
do volví
a cerrarlos…

observar hundi-
dos los dedos en la arena tiene un punto mís-
tico que te conecta con el hi-
pocentro del lati-
do del corazón terrestre… ahí
se les da carga de energí-
a a las pi-
las de las de las
tomas de tierra inclui-
das…

moví
los dedos hundi-
dos en la arena de confusa maña… torpe pianis-
ta tocando en la infini-
ta escala de las granuladas teclas…

abrí
los ojos… y
vencí
al peso del agotamiento…
al peso de la casi no existencia…
al peso universal
con todas sus pupilas estelares atenuadas por el azul pisándome…
al contrapeso de la arena…
a la pesadumbre del naufragio voluntario…
o tal vez no tan voluntario…
en la solidaridad de esta solitaria isla…
la playa no me echó una mano… hizo más…
descorrió sus salivosas sábanas sobre mi cuerpo
y vistió mi desmayo con el dulce escalofrío del aliento vital
calándome hasta el tuétano de mis morenos huesos…
mis temblores y la bajamar en ciernes se encargaron del resto
y el sol en su elevación también acusándome
de no muerto con sus indicativos rayos incisivos…

desde entonces camino de cabotaje
por este litoral
y las huellas de mis pasos por los arenosos días
son visuales ecos de mi errancia
por la playa encontrada en la isla perdida…



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