Dime ahora tú
He
labrado besos como perlas en tu cuello de mujer.
He
rezado mil tequieros en las noches de tus sueños, de improviso,
en
el ecuador del pensamiento dormido.
He
aromado tus pies con mi aliento
otorgándote
rango de reina de todos mis reinos.
He
pulido tus tristezas hasta hacerlas copas de nocturnos brindis.
He
asumido las rarezas que te asaltan aparentemente sin motivo.
He
bebido de la historia de tu cáliz, de los frutos de tu vientre.
.
Dime
ahora tú qué más
puedo
seguir haciendo por mí.
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