Intermezzo: ¡Oh musa!
Dibújame
el color del pensamiento
con
la indeleble tinta de mi historia,
que
ni la sed del tiempo con su noria
se
la beba, que no la barra el viento.
No
busco, musa, un reconocimiento
ni
aplausos, fama, vida eterna gloria…;
ni
un hueco en el diván de la memoria
de
las literaturas… No… Lo siento…
Me
importa un bledo la soberanía
de
toda editorial, mi antología
se
ofrece en el crisol de una libreta.
Me
conforma saber que algunos ojos
se
iluminaron y sus labios rojos
besaron
mis palabras de poeta.
Cádiz,
2010
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