Ñiñez:
Infancia transcurrida íntegramente en territorio español.
Cajón de poemas, comentarios, artículos, noticias, reportajes, crónicas, notas varias, reflexiones, imágenes comentadas y todo aquello que me venga en ganas... Cuando me venga en ganas...
sábado, 30 de junio de 2018
viernes, 29 de junio de 2018
Epílogo: Soneto anónimo (Sonata de consolación en cinco movimientos - V)
Epílogo: Soneto anónimo
Este soneto no me
pertenece.
Confieso que es un
séquito prestado
de versos, pues de vez
en cuando un hado,
si le place, de algunos
me abastece.
Y pensar que no es mío
me entristece
tanto menos que me
produce agrado
el saber que no existe
depravado
que se lo apropie; antes
enloquece.
Se basta el primer
verso, su poesía
es una confesión plena
de orgullo
zafándose de toda
tiranía;
y, tan anónimo como un
murmullo,
por más que alguien
defienda su autoría
al recitarlo asume que
no es suyo.
Cádiz, 2010
Platero y él (5 Poemas - V)
Platero y él
El murmullo
de las hojas bañadas al son de la aurora.
La humedad
desolada del húmedo aire coqueteante
entre hierba
y hierba, entre rama y rama, ¡mañana!, ¿lloras?
Y un pájaro
y su trinar y aleteo revoloteante
ante la
hierba empapada del sudor de la noche (duerme,
cansada de
guardar la luz del sol ya recién renacida).
Ya, poco a
poco, da brillo a la oscura oliva escondida
tímidamente
en el olivo, agarrado a la arrecida
tierra, que,
inmensa, espera la suprema subida del sol.
Cielo limpio.
Solo un rostro, un mujer en forma de nube.
En el suelo
tendido Platero,
a su lado
postrado su dios.
Hierbas de
incienso a los pies del yacente;
velos de
muerte que cubren recuerdos:
-Tien’asero…
¡Ni luna, ni
plata, ni lanzas de ojos negros!
¡Ni blancura
algodonada,
ni caricias
a las flores …!
(No se enlutan sus
colores,
pero el sol no las
despierta).
¡Ni praderas
recorridas por su trote,
ni praderas
recorridas, hoy desiertas!
Y el olivo,
techo de la escena,
cobija
arrogante el dolor de un poeta;
cobija la
tan aplacante brisa de muerte,
filtrando el
aire, el aire podrido de entrañas resecas;
filtrando el
meticuloso rayo de luz,
que traspasa
entre huecos de ramas y hojas,
hasta llegar
a la muerte en presencia.
Y la tímida
oliva escondida
deja resbalar
por su curva corporal
la
imprescindible gotita brillante de aceite,
suficiente,
para la
unción del animal.
Y un pájaro
enluta su canto…
Y entre
hierba y hierba
y entre rama
y rama olor a muerte…
La tierra
acoge absorta al huésped;
la musa
abandona a su presa…
El aire
suspende un verso:
¡Descansa, Platero!
El murmullo
de las hojas
y un cielo
limpio…
Solo una
musa en forma de nube…
Chiclana, 1988
jueves, 28 de junio de 2018
Allegro cantabile: Danzas sueltas (Sonata de consolación en cinco movimientos - IV)
Allegro cantabile: Danzas
sueltas
Musa que me llevas a
mis cavilaciones
y cavilando gozo en mi
lujuria literaria.
…
¡Ay, de los versos
malos que me salgan
sin la tres ni la sexta
ni la diez
que me den el dichoso
endecasílabo
perfecto!
…
No me aturde cobijarme
en malas letras
huyendo del fantasma
nominal
y abusando del sintagma
de la ópera
versada.
Cádiz, 2010
Como si de lienzos se tratase: Los tres músicos (5 Poemas - IV)
Como si de lienzos se tratase (III)
Los tres
músicos
Ser director
de una quieta orquesta no es fácil.
Aún así
podría elevar mi batuta
y podría fijarme en vuestras notas
inexistentes,
olvidadas del tono perfecto,
dejadas de caer sobre el trigrama música;
en vuestros hilos inconexos de la solfa;
en vuestro mustio, ajado, lacio sentimiento…
Y os diría:
¡No suena melodía!...
de una quieta orquesta no es fácil.
Aún así
podría elevar mi batuta
y podría fijarme en vuestras notas
inexistentes,
olvidadas del tono perfecto,
dejadas de caer sobre el trigrama música;
en vuestros hilos inconexos de la solfa;
en vuestro mustio, ajado, lacio sentimiento…
Y os diría:
¡No suena melodía!...
Aún así
podría elevar mi batuta
y podría observar vuestros cadáveres:
sois tres fantoches,
con vestidos conforme a vosotros,
con barbas y bigotes y enmarcadomascarados;
figuras misteriosas sepelidas bajo un lienzo,
tan sordas, tan patéticas, tan turbias y acotadas…
Y os diría:
¡Antimelancolía!...
Aún así
podría elevar mi batuta y deciros:
¡Sois el desorden más grupo que he visto en mi vida!
Y comprendo vuestras negras partituras
entre sombras de perros y caballos,
y comprendo que la flauta
es un instrumento de cuerdas
y que la guitarra
tampoco lo es de cuerdos.
Pero no importa,
seguid, seguid tocando,
para eso os he pagado...
Para eso os he pintado...
podría elevar mi batuta
y podría observar vuestros cadáveres:
sois tres fantoches,
con vestidos conforme a vosotros,
con barbas y bigotes y enmarcadomascarados;
figuras misteriosas sepelidas bajo un lienzo,
tan sordas, tan patéticas, tan turbias y acotadas…
Y os diría:
¡Antimelancolía!...
Aún así
podría elevar mi batuta y deciros:
¡Sois el desorden más grupo que he visto en mi vida!
Y comprendo vuestras negras partituras
entre sombras de perros y caballos,
y comprendo que la flauta
es un instrumento de cuerdas
y que la guitarra
tampoco lo es de cuerdos.
Pero no importa,
seguid, seguid tocando,
para eso os he pagado...
Para eso os he pintado...
Chiclana, 1988
miércoles, 27 de junio de 2018
Intermezzo: ¡Oh musa! (Sonata de consolación en cinco movimientos - III)
Intermezzo: ¡Oh musa!
Dibújame
el color del pensamiento
con
la indeleble tinta de mi historia,
que
ni la sed del tiempo con su noria
se
la beba, que no la barra el viento.
No
busco, musa, un reconocimiento
ni
aplausos, fama, vida eterna gloria…;
ni
un hueco en el diván de la memoria
de
las literaturas… No… Lo siento…
Me
importa un bledo la soberanía
de
toda editorial, mi antología
se
ofrece en el crisol de una libreta.
Me
conforma saber que algunos ojos
se
iluminaron y sus labios rojos
besaron
mis palabras de poeta.
Cádiz,
2010
Como si de lienzos se tratase: Las señoritas de Avignón (5 Poemas - III)
Como si de lienzos se tratase (II)
Las señoritas de Avignon
Son las
esquinas de París…
Marines impacientes…
Francesas afrentadas frente a júbilos sexuales…
Acordes acordeónicos...
Pero faltas aquellas,
aquellas que el pintor robó.
Solas esquinas de París…
En el lecho del pintor
la paleta rompe, calca imagen:
"¡Vosotras cinco… quietas!"…
Y sus cinco bellos cuerpos
son llevados al lienzo ansioso…
Comienza así una bacanal
de pinceles, de pinturas,
de una mano
que plasma el derrame orgasmítico
de tórridos colores dislocados
que gritan: ¡piernas, caderas,
puntas mamales, caras!...
... Y el incógnito placer femenino
se relame ante el pincel picasshumano…
Los visillos y tapices anonadados
disimulan no ver cuerpos deformados… ¡Metadistorsión!...
Y las cinco santas
suripantas
quedan vírgenes para el tiempo,
pero solamente como estampas
porque
un pincel se desploma sobre el lienzo
segregando los residuos de un placer...
Marines impacientes…
Francesas afrentadas frente a júbilos sexuales…
Acordes acordeónicos...
Pero faltas aquellas,
aquellas que el pintor robó.
Solas esquinas de París…
En el lecho del pintor
la paleta rompe, calca imagen:
"¡Vosotras cinco… quietas!"…
Y sus cinco bellos cuerpos
son llevados al lienzo ansioso…
Comienza así una bacanal
de pinceles, de pinturas,
de una mano
que plasma el derrame orgasmítico
de tórridos colores dislocados
que gritan: ¡piernas, caderas,
puntas mamales, caras!...
... Y el incógnito placer femenino
se relame ante el pincel picasshumano…
Los visillos y tapices anonadados
disimulan no ver cuerpos deformados… ¡Metadistorsión!...
Y las cinco santas
suripantas
quedan vírgenes para el tiempo,
pero solamente como estampas
porque
un pincel se desploma sobre el lienzo
segregando los residuos de un placer...
Chiclana, 1988
Laringolgolgol (Palabroterías - CXXXVI)
Laringolgolgol:
Médico especialista en tratar las inflamaciones de laringe y faringe de los
aficionados al fútbol.
martes, 26 de junio de 2018
Andante largo: Lid poética (Sonata de consolación en cinco movimientos - II)
Andante largo: Lid poética
Acontece que me fugo a
cada instante en cada verso malo escrito.
Cabizbajo el
pensamiento, me permito introducirme en el hogar
de mis miserias, los
cimientos, los resortes, simientes de mi grito.
Exprimo las palabras
sin sentido aparente y bebo del lagar
porque sé que su jugo
es el impromptu de mi espíritu bajo el rito
de la temeridad de no
pensar lo que se escribe. Sí; desahogar.
De su viceversa –de
callar lo que se piensa-, tengo circunscrito
un acuerdo permanente
con la Musa que me inspira y es pagar
con no cubrir de velos
de silencio ninguna voz por muy proscrito
que pueda resultar su
porqué; no cabe un pensamiento sin lugar.
Y en virtud del noble
pacto nace libre todo verso manuscrito.
mas con el alma empuñan
el grafito Corazón, Índice, Pulgar,
mis diestros guerreros
conmigo fugados para cometer delito
en el folio blanco de
batalla y justan contra todo lo vulgar
hasta que mi espíritu se
complace victorioso con lo reescrito.
Cádiz, 2010
viernes, 22 de junio de 2018
Preludio: Patria poética (Sonata de consolación en cinco movimientos - I)
Preludio: Patria poética
Yo
canto en el país de mi poema
el
himno que me inspira cada verso,
mi
patria son palabras que disperso
al
viento, mi bandera es un dilema
desnudo
de colores, sólo un lema
basta
y para el escudo tergiverso
el
símbolo de todo un universo
de poética. Sobra más
emblema.
Y es tan independiente
y es tan libre
-aunque parezca atado a
la frontera
de verso, estrofa, rima
u otra ley-,
mi poema que es canto
del calibre
de mi propia existencia
y a su vera
no me siento ni súbdito
ni rey.
Cádiz, 2010
jueves, 21 de junio de 2018
Como si de lienzos se tratase: Guernica (5 Poemas - II)
Como si de lienzos se tratase (I)
Guernica
Noche elipsada
de sueños pasados…
Pesadillas…
Noche ingerible
por cualquier hambriento de pánico…
Drama descarnado entre la angustia y el dolor…
La arrogancia del miedo
que perturba la paz de unos,
que transforma la sangre abierta
vomitable sin excusa…
Danza muerta de seres vivos
que bailan al son del dolor
bajo música apática de melodía
bajo silbidos y gritos y llantos y llantos y llantos...
... Si Picasso lo hubiera visto...
Y en mi mente
el lamiar esa baba de un toro aturdido…,
el agarrar la ventana de mi salvación…,
el alumbrar ese sol que alumbraba
perdido cómo un cuchillo
partido negaba el paso a aquella mujer...
... Si Picasso lo hubiera visto...
Era de noche…
Y las manos abiertas agarraban auxilio…
Oraciones… Desquijaramientos…
Y los brazos sedientos suplicaban sus vidas…
Explosiones… Suplicoterruegos…
Y las bocas torcidas pucaban suicidios…
Maldiciones… Matapirotecnios…
Y los ojos murientes despedían sus vidas...
... Si Picasso lo hubiera visto...
Puse una flor sobre mi tumba…
Puse mi tumba bajo un árbol…
Puse un árbol bajo la historia…
Puse la historia sobre un cuadro…
... Si Picasso lo hubiera visto...
Pesadillas…
Noche ingerible
por cualquier hambriento de pánico…
Drama descarnado entre la angustia y el dolor…
La arrogancia del miedo
que perturba la paz de unos,
que transforma la sangre abierta
vomitable sin excusa…
Danza muerta de seres vivos
que bailan al son del dolor
bajo música apática de melodía
bajo silbidos y gritos y llantos y llantos y llantos...
... Si Picasso lo hubiera visto...
Y en mi mente
el lamiar esa baba de un toro aturdido…,
el agarrar la ventana de mi salvación…,
el alumbrar ese sol que alumbraba
perdido cómo un cuchillo
partido negaba el paso a aquella mujer...
... Si Picasso lo hubiera visto...
Era de noche…
Y las manos abiertas agarraban auxilio…
Oraciones… Desquijaramientos…
Y los brazos sedientos suplicaban sus vidas…
Explosiones… Suplicoterruegos…
Y las bocas torcidas pucaban suicidios…
Maldiciones… Matapirotecnios…
Y los ojos murientes despedían sus vidas...
... Si Picasso lo hubiera visto...
Puse una flor sobre mi tumba…
Puse mi tumba bajo un árbol…
Puse un árbol bajo la historia…
Puse la historia sobre un cuadro…
... Si Picasso lo hubiera visto...
Chiclana, 1988
Jodding (Palabroterías - CXXXIV)
Jodding:
Práctica deportiva que consiste en hacer el coito de manera suave y tonificando
el cuerpo, más como ejercicio físico que como acto sexual.
miércoles, 20 de junio de 2018
Voz propia (Picotazos de gorrión - I)
Voz propia, himno mío, luz
de una inmensa, extraña oscuridad,
destierra tus silencios,
ten bondad.
Himno propio, voz mía, semen
de las rarezas de mi alma,
acude presto a tu propósito
de no ser nada.
Cädiz, 2017
martes, 19 de junio de 2018
Hipermeable (Palabroterías - CXXXII)
Hipermeable:
Tejido que puede ser meado copiosamente y no deja traspasar nada.
lunes, 18 de junio de 2018
La veo... (5 Poemas - I)
La veo...
La veo,
La veo,
veo cómo imita los mis movimientos,
veo cómo imita los mis movimientos,
vaga sutileza desprendida del tiempo,
vaga sutileza desprendida del tiempo,
calco compasivo de mí,
calco compasivo de mí,
es puro esmero,
es puro esmero,
pero mero plagio...
pero mero plagio...
No es mensajero,
No es mensajero,
ni presagio,
ni presagio,
ni pasado...
ni pasado...
Es mi yo (obscurecido);
Es mi yo (obscurecido);
es mi yo y yo.
es mi yo y yo.
¡No se asombren!
¡No se asombren!
Es mi sombra...
Es mi sombra...
Chiclana, 1988
domingo, 17 de junio de 2018
La proeza de Bécquer (La primavera de GABriel - I)
La proeza de Bécquer
Era un 17 de junio como hoy. En Madrid, hace 150 años,
Gustavo Adolfo Bécquer fechaba un libro manuscrito que principiaba y que con los años se ha
convertido en uno de los hitos de la literatura española, de esos libros que
marcan un antes y un después; y este en concreto y en muchos sentidos adquiere
la categoría de proeza por varios motivos. Para empezar, cabe resaltar que ese
manuscrito, con refugio desde hace decenios en la Biblioteca Nacional, bajo el título de Libro de los gorriones, contiene la Introducción sinfónica (texto esencial para entender la poética de Gustavo), la leyenda inconclusa La mujer de piedra, y, tras cientos de páginas en blanco y cerrando el libro, sus Rimas,
toda una proeza por lo mucho que significó esta colección de poemas para las
generaciones posteriores de poetas españoles. Y no en vano, esos poemas
constituyen sin lugar a dudas el gran atractivo de un sevillano que con
dieciocho años marchó a Madrid buscando una gloria literaria que no alcanzó en vida aunque sí es cierto que adquirió cierto prestigio y renombre gracias a sus
escritos en los diversos periódicos en los que colaboró, dirigiendo incluso
algunos de ellos.
Pero además cabe subrayar la proeza de los esfuerzos en vida de Bécquer por publicar esos poemas aunque fuese de manera póstuma y en este sentido hasta el último momento hizo lo que estuvo en sus manos para que así fuera . Un primer manuscrito con sus Rimas cayeron en manos del entonces ministro González Bravo, quien se comprometió con Bécquer a procurar su publicación. Sin embargo, a causa de las revueltas políticas de 1868 este manuscrito se perdió. Está claro que el poeta tuvo que hacer un importante ejercicio de memoria para recordar sus poemas y manuscribirlos de nuevo, bien recordándolos, bien revisando posibles borradores. Lo cierto es que el propio Bécquer reseña de forma preliminar las Rimas como “Poesías que recuerdo del libro perdido”, por lo que todo hace pensar que en el camino de la transcripción de memoria de sus poemas, por vericuetos del olvido, debieron quedar no pocos o, al menos, algunos.
Mucho se puede especular al respecto y mucho ha teorizado la crítica, pues la figura de Bécquer y su material literario ha merecido, prácticamente desde después de su muerte, un incontable aluvión incesante de publicaciones y referencias hasta el día de hoy, donde ha habido de todo; aunque en este sentido la labor de los becqueristas ha sido decisiva para conocer mucho mejor la figura y la obra de unos de poetas ilustres de nuestra literatura; un poeta romántico tardío, como es considerado, sin grandes hazañas ni aventuras viajeras que contar, al contrario de como ocurría con sus coetáneos e inmediatamente anteriores colegas, pero con la gran proeza literaria de sus Rimas, piedra de toque imprescindible de la poesía desde el último tercio del siglo XIX hasta nuestros días.
Sevilla a tiro de vuelo desde París (Suelta de amarres - VII)
Sevilla a tiro de vuelo desde París
Nubes.
Más nubes.
Muchas más nubes.
Infinitas nubes más.
Manido mar de nubes.
Cielo abstracto inverso
y más mares de nubes a mis pies.
Y arriba, más cielo;
no sé.
Sevilla a tiro de vuelo.
París, detrás; bajo las nubes;
y en las nubes yo.
Ya no hay distancias,
solo nubes,
una rutina blanca en equilibrio
desde el cielo
en un trayecto entre París
¡Pequeño mundo!
Trayecto París-Sevilla, mayo de 2008
Farfollar (Palabroterías - CXXX)
Farfollar:
Practicar el coito sin dejar de mascullar expresiones de forma atropellada y
confusa.
sábado, 16 de junio de 2018
Ecolejía (Palabroterías - CXXIX)
Ecolejía:
Estudio de la desinfección del medio en el que viven los animales y las
plantas.
viernes, 15 de junio de 2018
Descolchón (Palabroterías - CXXVIII)
Descolchón:
Agujero o defecto evidente en la base mullida sobre la que se duerme.
jueves, 14 de junio de 2018
Aunque la Gioconda (Suelta de amarres - VI)
Aunque la Gioconda se vista de seda
en Mona Lisa se queda.
Museo de Louvre, París; mayo de 2008
Treinta años de mis cinco poemas (Articulando es gerundio - XI)
Treinta años de mis cinco poemas
Espero poder contar por aquí más pronto que tarde los
recuerdos que tengo sobre mis primeros pasos como hacedor de versos. Pero hoy
me toca remontarme hasta muchos años después de eso, porque tengo motivos para
ello. Hace unos días, dedicaba unas líneas en este mismo blog al cincuenta
aniversario del ‘Tuto’, el ‘Poeta García Gutiérrez’ de Chiclana, donde cursé
bachillerato. Además, acompañaba el escrito con una imagen de la portada de la
revista que se ha editado para la ocasión y donde, dije, queda recogido un
artículo de mi factura basado en un puñado de recuerdos de mis años allí.
Pues bien, en esta ocasión me centraré en uno solo de esos
recuerdos y reproduzco a continuación lo que escribí al respecto en el
mencionado reciente artículo:
"José Antonio Aguilar
me llamó a su despacho. Solo entrar, con unos folios en la mano me preguntó con
manifiesto ánimo de querer tener claras ciertas cosas: “¿Tú has escrito esto?”.
Eran varios poemas míos. Muy contrariado y temiendo lo peor de no sabía muy
bien qué y por qué, dije que sí. José Antonio Aguilar elevó el tono del
registro con su mirada y con su pregunta aún más incisiva insistió: “¿Tú estás
asegurándome que has escrito esto y que no lo has copiado de ningún lado?”.
Miré a Paco Vera, que también estaba presente, y me reafirmé en lo dicho. Paco
salió al quite con una sonrisa mediadora y poniendo algo de calma en este
encuentro que llevó mi corazón a mil por la tensión de un momento que ni me
esperaba ni podía imaginarme: “Copiarlos no los ha copiado; yo he visto la
evolución de estos poemas y de la poesía de Juanma en estos años. Ya te lo he
comentado antes”. “Pues entonces habrá que hacer algo, porque encontrar cosas
así no es muy frecuente. No vaya a ser que termines siendo alguien en la poesía
y luego digan que aquí en el Instituto no te echamos ni cuenta”, sentenció José
Antonio con la mirada más amigable y entusiasta de cuantas me echó en mis años
allí. En la cena de COU, el día cuarto antes de los Idus de Junio de 1988, todos
mis compañeros de promoción, además de la orla, recibieron un ejemplar de un
cuadernillo con cinco poemas míos y dibujos de José Luis Díaz de la Torre que
el Tuto editó para despedirse de mí.".
De este recuerdo concreto, muy exacto en su descripción pues
sigue intacto en mi memoria, quería hablaros, pues el pasado viernes, el mismo
día que tenía lugar la fiesta de celebración del cincuenta aniversario del
‘Tuto’, se cumplían treinta años de la edición del cuadernillo ‘5 Poemas’,
donde quedaba recogida una selección de mis poemas juveniles escritos en mis
años de estudiante de bachillerato. La selección la llevó a cabo Paco Vera, mi
profesor de latín en segundo de BUP y la persona que dedicó horas y horas a mis
pesados y continuos requerimientos con poemas en la mano para que me los
revisase.
Hoy, como entonces, creo que aquella publicación por
iniciativa del propio instituto supuso mucho más de los sueños de un estudiante
que escribía poemas. Salir de tu instituto con el espaldarazo de tus profesores
a tus versos es una emoción que se saborea tan poco a poco que solo al cabo de
los años se puede calibrar lo que finalmente supone.
Qué duda cabe que supuso el empujón definitivo y, a la vez,
una recompensa del destino a la ingente cantidad de horas de juventud dedicadas
a los versos; porque yo escribía y quería seguir escribiendo. Y en esas
empresas andábamos entonces, Francisco
Guerrero Bey, Miguel Ángel García Argüez y yo, que hacíamos de la poesía un modus operandi en el día a día, inmersos
en recitales, cafés, proyectos, cervezas, lecturas, cigarros, revisiones de
poemas y todo aquello que necesitáramos hacer para sentirnos satisfechos con
nuestra forma de actuar y conformes con nosotros mismos. Por aquellos años éramos
‘Poezía Auzentes’. Ellos, y otros poetas que salieron del ‘Tuto’ antes que yo
–y en estos días quiero recordar especialmente a Jesús Romero Aragón, con mi
más sentido y fuerte abrazo de colega y amigo-, también merecieron recibir el
espaldarazo de los profesores con ediciones de sus respectivos poemas. Pero ni
para unos ni para otros, las cosas fluyeron con el golpe de la fortuna que en
esta ocasión a mí sí que me acompañó y no por mayores méritos.
Treinta años después de aquellos años, todos, de un modo u
otro, con más o menos implicación, seguimos en las mismas lides poéticas. Y
treinta años después, quisiera darles las gracias por formar parte de mi vida.
Y demonio de mí, adquiero desde aquí el compromiso firme de seguir hablando de
ellos todo lo profusamente que mis recuerdos me lo permitan.
También asumo el compromiso de ir subiendo imágenes de las
páginas de aquel cuadernillo y de transcribir con más nitidez los poemas. Y
también hablaré de ellos.
Pero, especialmente, treinta años después, quiero dar
nuevamente las gracias más cariñosas al profesorado y al personal del ‘Tuto’
que se implicó de tal manera con mi versos haciendo oficial como institución
educativa que mi primera publicación fuera aquel cuadernillo, un sueño inimaginable
de soñar por incipientes jóvenes poetas.
Cádiz. 14 de junio de 2018
miércoles, 13 de junio de 2018
Confesiones (Suelta de amarres - V)
Confesiones
Confieso indolencia
a mi opacidad
cuando en ocasiones me explico
como un libro abierto.
Sin palabras. Sin páginas.
Ciertamente sin libro.
Sin comentarios…
…
Y confieso que amo la vida,
tanto que no tengo miedo a perderla.
Sé que no pararía hasta encontrarla
de nuevo. Yo
o mis versos, me temo.
Madrid, 2015
martes, 12 de junio de 2018
Cincuenta años del ‘Tuto’ (Articulando es gerundio - X)
Hace unos días tuve la afortunada ocasión de participar en
una fiesta de encuentro con profesores y compañeros del Instituto de
Bachillerato Poeta García Gutiérrez, de Chiclana, donde realicé mis estudios de
bachillerato hace ahora treinta años. El motivo de la cita merecía la pena, qué
duda cabe: el cincuenta aniversario del ‘Tuto’, como cariñosamente lo
llamábamos. Acompañado de mi colega, amigo y compañero de estudios en aquellos
años y luego en la Facultad de Filosofía y Letras, Miguel Ángel García Argüez,
pude reencontrarme con antiguos compañeros a los que no veía desde hacía tres
decenios.
Pues bien, con motivo de la efemérides se ha editado una
revista bajo la coordinación de otro colega y amigo también del centro, el
periodista Juan Carlos Rodríguez, quien consideró oportuno contar conmigo y
recoger en dicha publicación un artículo de mi factura. Y a eso vengo ahora, a dejar
aquí dicho artículo con recuerdos que como relámpagos aún destellan en mi memoria.
Un puñado de
recuerdos para celebrar un cumpleaños
Yo viví en la cuesta Hormaza. Abajo del todo. En las dos
aceras. Mis primerísimos años de vida y algunos más desde que hice la primera comunión.
De ambas épocas tengo recuerdos. Imborrables. Y así, ver bajar por la cuesta,
sobre la hora de la comida, la hilera aparentemente interminable de estudiantes
adolescentes con sus carpetas y sus libros en los brazos y en concierto
bullicioso de conversación juvenil, no es que sea un recuerdo de mi infancia,
es que es mi vida misma.
…
Antonio hacía sonar la campana pero aún daba tiempo de
empatar el partido con una última canasta de esas de loco que se marcaba El Longui o Miguelito Montero.
…
Una vez más iba camino del Tuto con un examen mal preparado.
Una amenaza de bomba lo suspendió. Y yo, el examen al día siguiente.
…
Desde Santa Ana, echando un vistazo y tinta a mis juveniles
poemas, podía ver mi clase con todos mis compañeros dentro y mi mesa vacía. Y
como desde tan lejos no podía seguir las explicaciones de dibujo de Esperanza,
pues me dedicaba a pulir mis versos.
…
Y si había que pedir un aeropuerto para Chiclana
manifestándonos por el centro de la ciudad y poniéndola bocabajo con nuestras
reivindicaciones, pues se hacía y punto. La yincana era la yincana.
…
Aprobé el último examen y Justo, mi profesor de matemáticas
de COU, me felicitó por mis poemas. Aquel día le cogí más cariño aún a las
matrices.
…
Cuando aquel último lanzamiento a la desesperada no tocó ni
tablero y el balón reventó de lleno el parabrisas del Volvo azul de José
Antonio del Bosque, sonó de pronto la campana, acabó el partido y en la pista no
quedó nadie.
…
Civilización: infraestructura. Cultura: superestructura. La
inolvidable lección de Manuel Broullón en clase de Geografía e Historia.
…
Yo también me llevé un tubo de ensayo del laboratorio. Y un
poquito de sulfato de cobre.
…
Cándido Morato era capaz de todo: desde escribir un
celebrado poema al levante en tres cuartetas, hasta grabar con la punta de un
compás en un bolígrafo BIC una lección entera del libro de biología para el
examen.
…
Lo que nunca se podía imaginar Andrés el conserje es que
cada vez que le consultaba algo de Carnaval
lo hacía con el propósito de que me charlara y no me preguntara que
hacía fuera de clase, y así ganármelo para que, acabada la charla, me dejara coger
el balón del mueble para lanzar unos tiritos en la cancha.
…
De un día para otro y a uno del estreno, no recuerdo quién cayó
enfermo y tuve que asumir el papel de Calixto. Incluso con el diálogo pegado
estratégicamente en un elemento de la escenografía, el día de la función yo
solo acertaba a decir “¡Oh, Melibea! ¡Oh, Melibea!”. Un numerito.
…
Aquel mediodía, acabado el partido, Agustín Vilaplana salía
de la cancha hacia la ventana con verja que resguardaba sus gafas y su rebeca
azul. Pero se tambaleó y cayó desplomado. Aunque se recuperó a los pocos segundos y todo
quedó en una supuesta bajada de azúcar o de tensión a consecuencia del juego,
en realidad yo creo que Agustín murió en aquel momento y yo lo traje de nuevo a
la vida del grito que me salió del alma pronunciando su nombre dos veces seguidas
tan espantado al verlo caer delante de mí desvanecido.
…
Con Paco Vera no se aprendía latín. Se aprendía a amar el
latín.
¿Qué no conserváis
aún las fichas?
…
Bastantes años después de marcharse del Tuto, Pepón regresó
de visita a Chiclana. Lo supe porque de casual nos encontramos un día. El
estaba tomando algo sentado a una mesa en el mesón Cerro del trigo, cuesta
Hormaza esquina con Bailén. Al verme, se puso de pie y recitó a plena voz
“Sintiera mi amor tardanza; sin ti era mi amor tardanza”. Qué gozo y qué risas
con su saludo recodando esos versos míos.
…
José Antonio Aguilar me llamó a su despacho. Solo entrar,
con unos folios en la mano me preguntó con manifiesto ánimo de querer tener
claras ciertas cosas: “¿Tú has escrito esto?”. Eran varios poemas míos. Muy
contrariado y temiendo lo peor de no sabía muy bien qué y por qué, dije que sí.
José Antonio Aguilar elevó el tono del registro con su mirada y con su pregunta
aún más incisiva insistió: “¿Tú estás asegurándome que has escrito esto y que no
lo has copiado de ningún lado?”. Miré a Paco Vera, que también estaba presente,
y me reafirmé en lo dicho. Paco salió al quite con una sonrisa mediadora y
poniendo algo de calma en este encuentro que llevó mi corazón a mil por la
tensión de un momento que ni me esperaba ni podía imaginarme: “Copiarlos no los
ha copiado; yo he visto la evolución de estos poemas y de la poesía de Juanma
en estos años. Ya te lo he comentado antes”. “Pues entonces habrá que hacer
algo, porque encontrar cosas así no es muy frecuente. No vaya a ser que
termines siendo alguien en la poesía y luego digan que aquí en el Instituto no
te echamos ni cuenta”, sentenció José Antonio con la mirada más amigable y
entusiasta de cuantas me echó en mis años allí.
En la cena de COU, el día cuarto antes de los Idus de Junio
de 1988, todos mis compañeros de promoción, además de la orla, recibieron un
ejemplar de un cuadernillo con cinco poemas míos y dibujos de José Luis Díaz de
la Torre que el Tuto editó para despedirse de mí.
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El día que Pepe Pérez, en clase de informática, en el otoño
de 1984, nos enseñó un Sinclair ZX81 y nos dio las primeras nociones de BASIC,
alucinamos; el día que trajo un Spectrum, lo flipamos en colores.
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Creo recordar vagamente que había un día de la playa. Pero de
aquello no tengo más recuerdos. Que alguien me ayude.
…
¿Qué era, un jamón y un queso? ¿Un jamón y una botella de
vino? ¿Un jamón y una telera de pan? No recuerdo exactamente cuál era el premio
de la yincana que se entregaba en la fiesta nocturna del día del Tuto porque
nunca me lo llevé.
Junio, 2018
Afrodiasiático (Palabroterías - CXXV)
Afrodiasiático:
Persona perteneciente a algún país de Asia pero con ciertos rasgos africanos
que aumentan el deseo sexual.
lunes, 11 de junio de 2018
Radioafónico (Palabroterías - CXXIV)
Radioafónico:
Receptor de radio con las baterías excesivamente bajas de carga.
sábado, 9 de junio de 2018
viernes, 8 de junio de 2018
Impresieso (Palabroterías - CXXII)
Impresieso:
Culo que, en el conjunto del cuerpo, no se acierta a saber dónde empieza ni
dónde acaba.
jueves, 7 de junio de 2018
Taxiturno (Palabroterías - CXXI)
Taxiturno:
Conductor de taxi de escasa comunicación con los clientes.
miércoles, 6 de junio de 2018
Bactería (Palabroterías - CXX)
Bactería: Microorganismo
procariota responsable de marcar el ritmo de la vida.
martes, 5 de junio de 2018
Abañicos (Palabroterías - CXIX)
Abañicos:
Utensilio para darse aire manualmente
de un solo por soler quedar hecho pedazos.
lunes, 4 de junio de 2018
Sacramentol (Palabroterías - CXVIII)
Sacramentol: Sustancia
que se obtiene de algunas especies herbáceas de menta una vez han sido
consagradas.
viernes, 1 de junio de 2018
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