Ma(r)drigal
Juré afrontar el mar con la sonrisa
del barco de tu boca
y desplegar tus dientes a mi brisa
y huir de toda roca
que pudiese llevarnos al naufragio.
Triste tú, mal presagio:
mi barco sin camisa,
sin timón, sin divisa
ni astrolabio ni brújula ni puerto
y en mar de tiempo muerto
perdido y mareado...
¿Entiendes a este marinero ahogado?
Cádiz, 2012
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