levántate y anda
qué diablos andas haciendo
entre infiernos ilegítimos
en los que no te corresponde estar
ni en el maléfico papel de mefistófeles
alimentando su propia pira de maldades
ni en el melífico del justo pecador
de sus penas en vivas llamas consumiéndose…
por todos los dioses… por todas las diosas…
por toda la humanidad a lo largo de su historia…
levántate y anda…
no te azotes más… perdónate…
suficiente es que soportes
el peso del presente
como para que tus hombros
carguen además con la cruz de la constante universal
de esta culpa que no es tuya
de tu existencia
pero que te arrastra por el extenuado suelo…
porque a qué viene el afilado
de tanta supuesta culpa propia
que termina haciendo trizas el alma
y harapos parte grande
del velamen exclusivamente reservado para casos
de urgente supervivencia extrema…
cómo puedes erigirte en juez…
acusación… defensa… reo… y además
condenarte a la perpetua llama del castigo
sin concederte ni siquiera la mínima oportunidad
de optar por la revisión de tu condena
cuando fuiste tú quien te acusó…
cuando mismamente fuiste tú quien te detuvo…
cuando fuiste tú quien te puso en manos
de la más ciega balanza de conciencia tan infiel…
no eres tan importante como causa
del cataclismo existencial que llegue
cuando llegue
si es que llega… y que llegará…
por la absoluta conciencia universal
perdónate…
vivir se tributa a un alto precio… muerte y olvido…
demasiado costoso para arrojar ni un solo segundo
por el acantilado de los días de las lamentaciones…
y cuando te perdones
vete…
peca y no hagas daño…
y no olvides perdonar también al prójimo…
igual que a ti mismo…
cádiz, 2014
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