Cuando la vida es mar de un día (V)
En solitario peregrinaje
litoral
al rebufo de mi
nocturna sombra
cargando con el peso de
la luna
plena a mis espaldas
voy.
Me giro. Miro. Mi brazo
estiro
y la luminosa esfera es
blanca moneda en los
prestidigitadores
dedos de mi morena mano
alzada.
Cádiz, 2010
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