He labrado besos como
perlas
He labrado besos como perlas
en tu cuello de mujer…
He rezado mil te-quieros de noche, de improviso,
en el ecuador del pensamiento dormido…
He aromado tus pies con mi aliento
otorgándote rango de reina en el reino de mi boca…
He pulido tus tristezas
hasta hacerlas copas de nocturnos brindis…
He asumido las rarezas que te asaltan
aparentemente sin motivo…
He bebido de la historia de tu cáliz,
de los frutos de tu vientre…
He sabido adivinar dónde estabas tú
y cuál era tu herencia solo tuya…
Dime ahora qué más
puedo seguir haciendo por mí…
No hay comentarios:
Publicar un comentario