sábado, 5 de diciembre de 2020

Aquella fría tarde de diciembre (150º aniversario de la muerte de Gustavo Adolfo Bécquer - I)




Que la enfermedad persiguió a Gustavo Adolfo Bécquer es un hecho que determinó en mucho su vida desde muy joven. Eso explica, por ejemplo, que en los veranos procurara viajar hasta el Cantábrico para tomar baños saludables para afrontar los fríos meses de otoño e invierno; o que pasara largas temporadas en el monasterio de Veruela, en las cercanías de la Vera del Moncayo, cuyos aires puros parecía favorecer su estado de salud; e incluso que conociera a Casta Esteban, su esposa y la madre de sus hijos, pues esta mujer era ni más ni menos que la hija del doctor que trataba su enfermedad venérea.

No hay ciertamente datos que puedan determinar con exactitud la causa que llevó a la tumba al poeta, de hecho se ha escrito mucho al respecto con alusiones incluso a los errores de diagnóstico en su certificado de defunción. Lo que sí parece claro es que la tuberculosis y la sífilis tuvieron mucho que ver, como también su delicado estado anímico tras la muerte de Valeriano, su hermano, colega y alter ego desde la juventud.

Sin embargo, hay que tener en cuenta el estudio de Juan Carlos de Lara titulado 'El frío que mató a Bécquer' publicado en la revista 'El Gnomo' en 1999. Según el investigador, el día 5 de diciembre de 1870, hace justamente 150 años, Gustavo, acompañado de su amigo, el poeta Julio Nombela, tomaron el omnibús que comenzó a circular meses antes desde la Puerta del Sol hasta el barrio de Salamanca, donde ambos residían, y se vieron obligados a realizar el trayecto en la imperial del vehículo dado que el interior estaba ocupado al completo aquella fría tarde con terribles vientos que azotaban a la villa madrileña.

Consecuencia del trayecto en aquellas condiciones adversas, ambos poetas acabaron con pulmonía. Nombela se salvó. Gustavo, después de más de dos semanas convaleciente y con su mermado estado de salud desde hacía años, no tuvo tanta suerte. Es decir: una tarde como la de hoy, hace 150 años, Gustavo llegó a su casa en la calle Claudio Coello para ya no salir con vida nunca más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario