martes, 11 de noviembre de 2014

Redadas que no acaban... que no acaban ni de empezar (Articulando es gerundio - II)

Alaya ha vuelto a hacer de las suyas. Nueva redada. Nuevos supuestos corruptos. Parece inverosímil a todas luces todo cuanto está ocurriendo. Si se tratara de un argumento de novela o de un guion filmográfico, lectores o espectadores acabarían aburriéndose de lo lindo porque tantas, tantas corruptelas seguidas una detrás de otra no serían creíbles ni en la ficción más imaginativa. Y sin embargo ocurre, oiga; y de qué manera.

Y claro, las sospechas no dejan de estar ahí. Y parece que el ciudadano ya tan solo se dedica a esperar a que pase el siguiente, que llegará. Y más pronto que tarde por los visos de los acontecimientos.

Estando así las cosas, uno no deja de pensar que esto va para largo y que las redadas no han acabado. Vamos, que no han acabado ni de empezar. Y echando a volar la imaginación, uno vislumbra cómo el sector de la construcción se frota las manos pensando que va a ser más que necesario la ejecución de obras de ampliación en los centros penitenciarios o incluso el abordaje de nuevos edificios carcelarios.

Sí; tal vez sea imaginar demasiado desde una ingenuidad patente alimentada por el deseo. Pero no creo que se trate de un deseo propio exclusivamente ni mucho menos. Quiero pensar que es el sentir de muchos; muchos ciudadanos que mueren en el intento de hacer las cosas por la vía correcta con todas las ilusiones depositadas en sus proyectos para comprobar luego, ya en medio del charco del fracaso, que de nada valen los esfuerzos si no hay padrinos. Porque una cosa está más que clara: trabajado honradamente nadie se hace rico.

Pero Alaya nos hacer soñar. ¿Veremos algún día entre rejas a todos los sinvergüenzas? Esperemos que la jueza no muera en el intento.

1 comentario:

  1. Yo me atrevería a rectificarte y cambiaría el muera por el fallezca...y no me pidas que me tire a la piscina, pero miedo me da.

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