martes, 4 de noviembre de 2014

Cifras demasiado demoledoras (Articulando es gerundio - I)

El ciudadano que camina por los duros adoquines del día a día se mantiene a la espera de que al menos una, una sola mañana al mes -con tan poco se conforma ya-, suene la alarma del despertador con alguna noticia que dibuje siquiera una leve sonrisa de un futuro algo más esperanzador que este presente tan repleto de titulares que meten de continuo el dedo en la llaga de la indignación. Pero esa mañana se hace esperar demasiado y en su semblante no termina de romperse el rictus de tristeza que lo tiene anclado en medio del proceloso mar de la ilusión hecha añicos.

Las cifras son demasiado demoledoras. Hoy salen a la luz los últimos datos del desempleo. Octubre cerró ejercicio con más parados. El territorio nacional sitúa la cota nuevamente por encima de los 4,5 millones. Y con estos datos lo único que se confirma es el daltonismo del Gobierno de Rajoy, que ve brotes verdes donde realmente hay un marrón que va a resultar muy, pero que muy difícil de lavar; no en vano, el empresariado pide años –mínimo, un quinquenio-, y otras medidas que, visto lo visto, no son las que ha venido aplicando el Ejecutivo, mientras que Bruselas da por excesivamente ilusorias las previsiones de crecimiento económico que este maneja.

Son cifras demasiado demoledoras como para que en el ciudadano del día a día pueda germinar esperanza alguna. Lo único que le saca una sonrisa es el hecho de pensar que estas cifras tan demoledoras lo son aún más para esos que dicen llevar las riendas del país. Como demoledores son las cifras y los datos de intención de voto en los próximos comicios generales y que dejan muy mal parados a los dos principales partidos del espectro político nacional, PP y PSOE, en favor de un emergente Podemos que cuenta cada vez con mayor favor de un soberano pueblo harto y cansado de un bipartidismo minado de corruptos y de más de lo mismo con un mero intercambio de siglas.

Y como la cifra de corruptos es también tan demasiado demoledora, como se evidencia día sí y el siguiente también, y los políticos de una y otra parte, avergonzados, están desdibujando de su rostro el semblante de prepotencia y soberbia que tanto gustan de lucir –salvo en los periodos de campaña electoral-, pues parece ser que sí, que van surgiendo brotes verdes; muy en la lejanía, pero brotes verdes; brotes verdes en el rictus del ciudadano que camina por los duros adoquines del día a día y que, pese a todo, se mantiene a la espera de que en su rostro aparezca la sonrisa. La sonrisa de satisfacción. La satisfacción de darse cuenta verdaderamente del poder que tiene para intentar cambiar las cosas. Podemos no es la apuesta; Podemos es el farol. Tanta demoledora cifra, la jugada de jaque. Solo hay que mirar las caras de los populares: el ciudadano se ha defendido atacando y el mate está servido.

No sé si el ciudadano ha encontrado realmente indicios de motivos para sonreír, pero en su desesperación ha lanzando un órdago sobre el tablero que les ha quitado a los políticos de gobierno por turno las ganas de reírse tanto de la ciudadanía. Brotes verdes; sí. Al final Rajoy va a tener razón y todo.

1 comentario:

  1. Juanma, yo que escucho a diario la COPE, hoy definian el dato del paro como notable. Tu para mi que eres catastrofista por naturaleza.

    ResponderEliminar