sábado, 15 de noviembre de 2014

Excepcionales entre rejas (Articulando es gerundio - IV)

La noche del viernes, la Sexta emitió un nuevo programa de su serie ‘Equipo de investigación’ en esta ocasión dedicado a la falsificación, tanto de obras de arte como de documentos oficiales y de dinero, en concreto de billetes de euros y de dólares. El programa mostraba el seguimiento y detención realizado por los cuerpos de seguridad al que está considerado como el mejor de los falsificadores de España y uno de los mejores del mundo.

Cuantos especialistas fueron entrevistados por los reporteros del programa (policía científica especializada, diseñadores gráficos e incluso copistas de reconocido prestigio como los autorizados a realizar copias de las obras pictóricas del Museo de Prado), coincidían en valorar las falsificaciones de este delincuente buscado por la policía de medio mundo como unos trabajos de excepcional calidad y llegaban a calificarlas de auténticas obras de arte.

El falsificador, un hombre muy peligroso a juicio de las autoridades, fue detenido y encarcelado. Y como es evidente, la pregunta no deja de estar ahí. Con el encarcelamiento de una persona con las cualidades como las evidenciadas por el falsificador, ¿acaso no se está despreciando una sabiduría y forma de proceder que pueden resultar del todo beneficiosas para la sociedad en tanto que su trabajo goza del reconocimiento y la admiración de los máximos especialistas del diseño gráfico, por ejemplo? ¿No es aprovechable? ¿No es reciclable una persona así? Es algo parecido a lo que ocurre con los piratas informáticos, que son auténticos maestros en la burla de los encriptados sistemas de seguridad de todo tipo de sitios webs, oficiales o no. ¿Por qué acaban en la cárcel si demuestran ser mucho más inteligentes que aquellos dedicados a mantener la seguridad en los dominios, por ejemplo, gubernamentales? Pienso que es verdaderamente lamentable que gente tan excepcional acabe entre rejas; con la de delincuentes que gozan de privilegios... Y de escaños...

Pero claro, así es la sociedad de hoy día. Los auténticos valores son depreciados; no convienen los inteligentes sino los borregos.

Solo hay que ver la tocata y fuga que interpretan los grandes investigadores en nuestro país, donde Belén Esteban, por citar un ejemplo aunque se trate del más manido, tiene más posibilidades de vivir con holgura económica incluso como para ejercer de princesa del pueblo, que un científico de carrera con reconocimientos académicos cum laude simplemente sobrevivir.
Todos mis respetos para estos últimos. Pero también para el mejor de los falsificadores; y para los buenos piratas informáticos que se cuelan en los laberínticos caminos de los secretos oficiales; y para todos aquellos que sacan los colores de la vergüenza a quienes ostentan puestos y cargos que seguramente no merezcan porque los hay mejores que ellos. Ya me gustaría a mí acabar entre rejas por ser tan excepcional. Y eso se llama envidia cochina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario