El reducido espacio de una caravana acoge el universo
onírico de Janet Cardiff y George Bures Miller. ‘El hacedor de marionetas’
estará en el Palacio de Cristal del madrileño Parque del Retiro hasta mediados
de marzo próximo. Es una buena oportunidad para deleitarse con la obra de esta pareja
canadiense y para dejarse llevar por las sensaciones que despierta una sugestiva
caravana tan aparentemente repleta de vida creativa. Es como llevar lo etéreo a
un resultado final de artesanía. Los sueños fabricados realidad.
Cajón de poemas, comentarios, artículos, noticias, reportajes, crónicas, notas varias, reflexiones, imágenes comentadas y todo aquello que me venga en ganas... Cuando me venga en ganas...
lunes, 24 de noviembre de 2014
sábado, 15 de noviembre de 2014
Excepcionales entre rejas (Articulando es gerundio - IV)
La noche del viernes, la Sexta emitió un nuevo programa de
su serie ‘Equipo de investigación’ en esta ocasión dedicado a la falsificación,
tanto de obras de arte como de documentos oficiales y de dinero, en concreto de
billetes de euros y de dólares. El programa mostraba el seguimiento y detención
realizado por los cuerpos de seguridad al que está considerado como el mejor de
los falsificadores de España y uno de los mejores del mundo.
Cuantos especialistas fueron entrevistados por los
reporteros del programa (policía científica especializada, diseñadores gráficos
e incluso copistas de reconocido prestigio como los autorizados a realizar
copias de las obras pictóricas del Museo de Prado), coincidían en valorar las
falsificaciones de este delincuente buscado por la policía de medio mundo como
unos trabajos de excepcional calidad y llegaban a calificarlas de auténticas
obras de arte.
El falsificador, un hombre muy peligroso a juicio de las autoridades,
fue detenido y encarcelado. Y como es evidente, la pregunta no deja de estar
ahí. Con el encarcelamiento de una persona con las cualidades como las
evidenciadas por el falsificador, ¿acaso no se está despreciando una sabiduría
y forma de proceder que pueden resultar del todo beneficiosas para la sociedad en
tanto que su trabajo goza del reconocimiento y la admiración de los máximos
especialistas del diseño gráfico, por ejemplo? ¿No es aprovechable? ¿No es reciclable una persona así? Es algo parecido a lo que ocurre
con los piratas informáticos, que son auténticos maestros en la burla de los
encriptados sistemas de seguridad de todo tipo de sitios webs, oficiales o no.
¿Por qué acaban en la cárcel si demuestran ser mucho más inteligentes que
aquellos dedicados a mantener la seguridad en los dominios, por ejemplo,
gubernamentales? Pienso que es verdaderamente lamentable que gente tan excepcional acabe entre rejas; con la de delincuentes que gozan de privilegios... Y de escaños...
Pero claro, así es la sociedad de hoy día. Los auténticos
valores son depreciados; no convienen los inteligentes sino los borregos.
Solo hay que ver la tocata y fuga que interpretan los
grandes investigadores en nuestro país, donde Belén Esteban, por citar un
ejemplo aunque se trate del más manido, tiene más posibilidades de vivir con
holgura económica incluso como para ejercer de princesa del pueblo, que un
científico de carrera con reconocimientos académicos cum laude simplemente
sobrevivir.
Todos mis respetos para estos últimos. Pero también para el mejor de los falsificadores; y para los buenos piratas informáticos que se cuelan en los laberínticos caminos de los secretos oficiales; y para todos aquellos que sacan los colores de la vergüenza a quienes ostentan puestos y cargos que seguramente no merezcan porque los hay mejores que ellos. Ya me gustaría a mí acabar entre rejas por ser tan excepcional. Y eso se llama envidia cochina.
miércoles, 12 de noviembre de 2014
La Plaza de la Vida (Articulando es gerundio - III)
Tiene que saber el mundo entero (y parte del extranjero),
que la Plaza de las Flores de Cádiz es Plaza de Vida; así, con mayúsculas. La
esencia de Cádiz vaga en su entorno y se hace la remolona en ese céntrico lugar
en el que convergen muchos caminos de una ciudad que sí, que está viva aunque entre
unos cuantos estén matándola a disgustos. Pero incluso en la Plaza de la Vida
la muerte se da cita cuando nadie se lo espera. Esta vez ha sido un sintecho
solo dos años mayor que yo. Podría haber sido yo mismo en un momento de
abandono absoluto en la desesperación de una vida que es menos vida porque sin
trabajo y sin dinero vivir es poco más o menos que morir a sorbos de amargura día
sí y al otro también.
En la Plaza de las Flores de Cádiz, el olor a flores de
funerales no es propio. Es propia la vida. Aunque a veces las mismas flores se
marchiten por tan vergonzosas situaciones.
martes, 11 de noviembre de 2014
Redadas que no acaban... que no acaban ni de empezar (Articulando es gerundio - II)
Alaya ha vuelto a hacer de las suyas. Nueva redada. Nuevos
supuestos corruptos. Parece inverosímil a todas luces todo cuanto está
ocurriendo. Si se tratara de un argumento de novela o de un guion filmográfico,
lectores o espectadores acabarían aburriéndose de lo lindo porque tantas,
tantas corruptelas seguidas una detrás de otra no serían creíbles ni en la
ficción más imaginativa. Y sin embargo ocurre, oiga; y de qué manera.
Y claro, las sospechas no dejan de estar ahí. Y parece que
el ciudadano ya tan solo se dedica a esperar a que pase el siguiente, que
llegará. Y más pronto que tarde por los visos de los acontecimientos.
Estando así las cosas, uno no deja de pensar que esto va
para largo y que las redadas no han acabado. Vamos, que no han acabado ni de
empezar. Y echando a volar la imaginación, uno vislumbra cómo el sector de la
construcción se frota las manos pensando que va a ser más que necesario la
ejecución de obras de ampliación en los centros penitenciarios o incluso el
abordaje de nuevos edificios carcelarios.
Sí; tal vez sea imaginar demasiado desde una ingenuidad
patente alimentada por el deseo. Pero no creo que se trate de un deseo propio
exclusivamente ni mucho menos. Quiero pensar que es el sentir de muchos; muchos
ciudadanos que mueren en el intento de hacer las cosas por la vía correcta con
todas las ilusiones depositadas en sus proyectos para comprobar luego, ya en
medio del charco del fracaso, que de nada valen los esfuerzos si no hay
padrinos. Porque una cosa está más que clara: trabajado honradamente nadie se
hace rico.
Pero Alaya nos hacer soñar. ¿Veremos algún día entre rejas a
todos los sinvergüenzas? Esperemos que la jueza no muera en el intento.
martes, 4 de noviembre de 2014
Cifras demasiado demoledoras (Articulando es gerundio - I)
El ciudadano que camina por los duros adoquines del día a
día se mantiene a la espera de que al menos una, una sola mañana al mes -con
tan poco se conforma ya-, suene la alarma del despertador con alguna noticia
que dibuje siquiera una leve sonrisa de un futuro algo más esperanzador que
este presente tan repleto de titulares que meten de continuo el dedo en la
llaga de la indignación. Pero esa mañana se hace esperar demasiado y en su
semblante no termina de romperse el rictus de tristeza que lo tiene anclado en
medio del proceloso mar de la ilusión hecha añicos.
Las cifras son demasiado demoledoras. Hoy salen a la luz los
últimos datos del desempleo. Octubre cerró ejercicio con más parados. El
territorio nacional sitúa la cota nuevamente por encima de los 4,5 millones. Y con
estos datos lo único que se confirma es el daltonismo del Gobierno de Rajoy,
que ve brotes verdes donde realmente hay un marrón que va a resultar muy, pero
que muy difícil de lavar; no en vano, el empresariado pide años –mínimo, un
quinquenio-, y otras medidas que, visto lo visto, no son las que ha venido
aplicando el Ejecutivo, mientras que Bruselas da por excesivamente ilusorias
las previsiones de crecimiento económico que este maneja.
Son cifras demasiado demoledoras como para que en el
ciudadano del día a día pueda germinar esperanza alguna. Lo único que le saca
una sonrisa es el hecho de pensar que estas cifras tan demoledoras lo son aún
más para esos que dicen llevar las riendas del país. Como demoledores son las
cifras y los datos de intención de voto en los próximos comicios generales y que
dejan muy mal parados a los dos principales partidos del espectro político
nacional, PP y PSOE, en favor de un emergente Podemos que cuenta cada vez con
mayor favor de un soberano pueblo harto y cansado de un bipartidismo minado de
corruptos y de más de lo mismo con un mero intercambio de siglas.
Y como la cifra de corruptos es también tan demasiado
demoledora, como se evidencia día sí y el siguiente también, y los políticos de
una y otra parte, avergonzados, están desdibujando de su rostro el semblante de
prepotencia y soberbia que tanto gustan de lucir –salvo en los periodos de
campaña electoral-, pues parece ser que sí, que van surgiendo brotes verdes;
muy en la lejanía, pero brotes verdes; brotes verdes en el rictus del ciudadano
que camina por los duros adoquines del día a día y que, pese a todo, se
mantiene a la espera de que en su rostro aparezca la sonrisa. La sonrisa de
satisfacción. La satisfacción de darse cuenta verdaderamente del poder que
tiene para intentar cambiar las cosas. Podemos no es la apuesta; Podemos es el
farol. Tanta demoledora cifra, la jugada de jaque. Solo hay que mirar las caras
de los populares: el ciudadano se ha defendido atacando y el mate está servido.
No sé si el ciudadano ha encontrado realmente indicios de motivos
para sonreír, pero en su desesperación ha lanzando un órdago sobre el tablero
que les ha quitado a los políticos de gobierno por turno las ganas de reírse
tanto de la ciudadanía. Brotes verdes; sí. Al final Rajoy va a tener razón y
todo.
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