viajero de bolsillo
lo
reconozco… soy
un viajero
de bolsillo…
llevo toda
una vida de periplo
bajo los
mismos principios
y en los
mismos términos
girando y
girando con la misma referencia
del mismo
eje existencial…
y lo peor de
todo es que creo seguir dispuesto
a continuar
en esta paulatina dinámica incesante
algunos
kilómetros más…
tantos pasos
como me concedan los días
del camino
venidero…
pero lo
reconozco… soy
un viajero
de bolsillo…
no aspiro a
la conciencia
de los más
de trece mil millones de calendarios
calcinados
desde las primeras estrellas
en su
infinita errancia
de cuyos
polvos itinerantes pudiera ser
que se me
fabricara
en el alfar
genérico del orbe…
y aunque he
viajado tanto
que no sé si
sabré contar
en la libertad
de unos versos libres
tantas rutas
con anotaciones
en el
cuaderno de bitácoras de mi memoria
reconozco
que soy
un viajero
de bolsillo…
y así perdí
la cuenta
por ejemplo
de las veces
que fui
hasta la
panadería de la esquina
sujeto al
ánimo superviviente
a por el pan
nuestro de cada día…
e
incontables me resultan las ocasiones que recorrí
buscando
cada rincón ignoto
provisto de
curiosidad y apetito
los
supermercados de la abundancia
con
intención de sufragar el coste
de mi
experiencia consumista rutinaria
y calmar mi
sed de vivir comúnmente
como un
viajero más
en este tren
colectivo con destino a todas
las
aventuras cotidianas posibles
de las
costumbres domésticas…
así como
tampoco soy capaz de calcular el número de veces
que desnorté
mis pasos
y anduve por
esos nocturnos entramados
de urbana
concepción asfáltica sin ir más lejos
de mi barrio
y sus barrios adyacentes
con
inexorable regreso al mismo féretro de sábanas
antes de que
apareciera el sol neonato
del día y
pudriera
mi ración
necesaria de sangre maldita…
o de las
veces que no compré
más que el
billete de ida al mar
de la playa
que habitaba mucho más
que casi
todos los días
a tres
calles y una avenida
de distancia
de mi taller de versos de donde partían
olas también
sin pretensiones de orilla…
lo dicho…
soy
un viajero
de bolsillo…
un
aventurero de distancias cortas…
y por viajar
viajé en vagones de narcóticas ensoñaciones y humaredas
con los ojos
como cristales saboreando
las volutas
grises clandestinas de los pólenes cremados
que llevan
por senderos a los trópicos del limbo de otras sensaciones
ultrahumanas…
chamanes de
barrio
procuraron
mi adicción al conocimiento
de nuevos
mundos con estancias libres de malos rollos
y paz
interior dibujada con espirales de resinoso aroma…
y por fortuna
en este deambular
me crucé
también con los ojos de los universos paralelos
similares al
mío…
y clavé el
cuerpo igual que el saltador de trampolín
en retinas
como océanos… el objetivo era conocer
y viajar por
los mundos desconocidos
de otros
viajeros de bolsillo como yo
que
navegaban a la aventura de los más cercanos puertos
sin
necesidad de atraque definitivo
pero con la
referencia del sedentarismo místico
en el hogar
de la urbe propia y del día a día
repitiéndose…
y así durante cuarenta y cinco años de periplo
en mi caso
de viajero de bolsillo…
ahora ya
solo me queda rebuscar entre las telas
de los
muslos de mi memoria andante
a ver si
encuentro billetes de recuerdos
que me
lleven a la ninguna parte física
de mis
imaginaciones sin moverme de mi sitio…
más o menos
como siempre…
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